SD. El diputado Manuel Díaz, de San Cristóbal, pasará a la historia no como el buen legislador que pudo ser, sino como quien le negó al hoy fallecido cantante del pueblo Anthony Ríos su voto para un reconocimiento de la Cámara de Diputados que por otra parte llevaba dos años dando vuelta, así como lo lleva la Ley de Mecenazgo.

La resolución propuesta por el diputado de Hato Mayor Venerado Castillo fue retrasada una y otra vez por los legisladores.

Era noviembre del 2018, y el autor de La Z, La Mancha y Estás donde no estás, entre decenas de éxitos, ya no andaba bien del todo. Era noviembre y el señor diputado se opuso de manera abrupta, contra el reconocimiento al juglar nacido en Hato Mayor.

“Es una figura nuestra, una gente que ha dado mucho por nosotros, pero su conducta y valores producto de su formación, quizás de hogar o académica lo hacen actuar como una persona reguetonera o de un barrio del bajo mundo”, expresó Díaz durante la sesión en la Cámara.

“El que quiera votar a favor de esa resolución por estar de alcahuetes, por no decir de lambones que voten, pero yo Manuel Díaz no lo hago, tal vez cuando muera porque ya no habrá huellas ni hechos que le tengan que reclamar”, manifestó.

Y si los que para él eran bambonees y alcahuetes votaron a favor, pero no el señor diputado. Hoy ha muerto Anthony Ríos, y no hará falta más que vote este legislador. Aunque luego intentó echarse para atrás.

Como Anthony Ríos tuvo mil veces más cultura y profundidad de reflexión y seguramente más sapiencia y civismo que este legislador, el nombre suyo nunca estará a la altura del de este hombre que supo interpretar de manera única el amor a lo dominicano.

La vida da tantas vueltas que, efectivamente, Anthony Ríos pasa a ser una leyenda, ya se va convirtiendo en polvo de estrellas. Y como Manuel Díaz dijo, uno no sabe si mañana vamos a tener que a ver al propio diputado, como dijo en ese momento que «estaba viendo a Pablo Ross».

Que amor con amor se paga.

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