SD. El estadio Quisqueya estaba cubierto del mágico portador que cuida la grama. A pesar de la lluvia del día anterior y de lo que uno hubiese podido pensar, el concierto se llenó, sino al 100%, casi a un 100%.
Todo comenzó con Marielle Hazlo, quien presentó un espectáculo cuidado donde incluyó además de su banda un cuerpo de baile con coreografías. Nunca supimos el título de sus tres canciones, que fueron movidas y de calidad melódica.
Hazlo tiene belleza, buena voz, calidad en su contenido y un gran potencial de proyectarse más allá de las fronteras. Así, el esfuerzo que viene haciendo puede verse recompensado con el éxito. Pero a pesar de sus buenas canciones, de su belleza y de su voz, denota cierta frialdad en escena que debe trabajar. Sería conveniente que se mueva mucho más y se integre más a las coreografías, que sea empática con el público, porque en este su primer gran encuentro con el público masivo de la capital, lució demasiado estática, fija, ortopédica.
Me quedé esperando, junto a otros, más de 3 canciones. Pero ella dijo gracias Santo Domingo y chao.
Turizo recibido con coro y palmas
Cuando llegó Manuel Turizo, le precedió una música que fue in crescendo en el Intro y cuatro bailarinas salieron a marcar pasillos. Ahí salió Julián Turizo con su ukelele marcando ritmo y melodía sobre pista de un DJ y cuando apareció su hermano menor Manuel Turizo (19 años), fue el desmadre coral en las graderías del estadio Quisqueya con su tema Una Lady. Luego interpretaron Déjate llevar y Esperándote. Entonces sobrevino un intermedio con las bailarinas, para regresar a escena y proponer Dèjala que vuelva y Vaina loca, tema en el que salió a escena alguien parecido al Cata. Imágenes en pantalla alegres y coloridas, Cuándo. Después salieron del escenario dejaron a las bailarinas y al DJ. Regresaron con otros t-shirts.
Turizo, digo Manuel anunció una sección acústica conVámonos, Culpable y Bésame, luego unió Bésame con pista y cerraron con Una Lady de nuevo.
Marc Anthony sigue siendo inmenso
El salsero de origen puertorriqueño que agota sus últimos quince días para arribar al medio siglo, ya aprendió todo lo que iba a aprender en escena. Y lo mejor es que lo aplica. Desde guiños de ojos, hasta señas de complicidad o aprobación o el archi repetido dónde están las mujeres; cuándo parar, cuándo alargar una expectativa y hasta cuándo. Tan es así que desde hace cuatro años, cuando lanzó Flor pálida, del fallecido artista cubano Polo Montañez (5 de junio de 1955 – 26 de noviembre de 2002), no ha lanzado ninguna otra canción en solitario. Aunque este año ha grabado Llorando niña con Belinda y Alegre niño con Shakira.
La banda integrada por 14 músicos arrancó con El Cantante a manera de Intro. Se apagaron las luces y arrancó Valió la pena, que puso de pie al público ya para nunca más sentarse, y los puso a cantar a coro de manera automática con Y hubo alguien (de Omar Alfanno), que siguió con Hasta ayer, para regalar entonces Flor Pálida, que no fue óbice para entonces hacer Contra la Corriente (también de Omar Alfanno), con un espectacular solo de pailas, que llevó a Marc a la batería para marcar el ritmo. El percusionista bebió agua mientras tocaba el solo y el resto lo echó a los cueros de las pailas, para producir el efecto visual bonito de salpicaduras, para seguir tocando durante unos cuatro minutos más.
Para el medley de baladas comenzó con Abrázame de Juan Gabriel y el escenario en sucesión de cuadros continuos. Tras un solo de guitarra prima rockeada propuso Y ahora quién (Julio César Reyes, Fabio Alonso Salgado) y Cómo es él (de José Luis Perales).
Vivir lo nuestro y un medley de salsa, así como Qué precio tiene el cielo (Omar Alfanno autor), Te conozco bien, Mi gente, que hicieron que el coro general logrado no se opacara.
Ya en onda de ñapa, cantó Tu Amor me hace bien y Vivir mi vida.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).