SD. La suspensión de tres fechas que harían Luis Fonsi y Daddy Yankee en Chile, con la aclaración de los contratantes que se debía a una decisión unilateral de Daddy Yankee, pone sobre el tapete una característica en el 100 por ciento de los artistas y creadores: el ego. En la dualidad del Yin y el Yan, junto al arte viene el ego.
Eso parece ser lo que ha sucedido entre los dos artistas puertorriqueños culpables del éxito Despacito: una sorda, subterránea, sutil guerrita de egos que puede ser lo que acaba de reventar.
Tanto Daddy Yankee le era necesario a Luis Fonsi para el éxito de Despacito como Luis Fonsi le era necesario a Daddy Yankee. Era un toma y daca. Tú me aportas el público urbano y yo te aporto un público al cual quieres alcanzar: el público de la balada romántica.
Conozco a Daddy Yankee desde que grababa La Gasolina y vino a hacer el clip a República Dominicana. El único periodista que lo entrevistó para un medio impreso cuando vino al país por primera vez como artista fue quien redacta. Le predije que iba a llegar a ser grande y que ojalá yo no pasara trabajo para entrevistarlo después que tuviera éxito, él me dijo: «le juro maestro que conmigo no va a ser así»… Tuve que esperar ocho años para poder entrevistarlo para uno de los primeros programas de televisión Confabulaciones, en el Hard Rock Hotel & Casino Punta Cana, después de una inmensidad de trabas que nunca antes me pusieron artistas de la talla de Julio Iglesias, Ricky Martin, Alejandro Sanz, Juan Luis Guerra y decenas más.
En esa misma pequeña oficina donde apenas cabíamos Daddy Yankee y yo sentado, y en el piso Dj Urban y Monserrate, tuve tiempos después al propio Luis Fonsi, quien por ese entonces luchaba junto a su exesposa Adamari López, contra el cáncer de esta. Ya Luis Fonsi era mucho más conocido que lo que era en aquel momento Yankee. Me pareció un muchacho sencillo. Pero entiendo que no por eso deja de tener ego suficiente como para hacer sentir que el éxito de Despacito es gracias a él, que seguro fue quien buscó a Daddy Yankee.
Creo que a los artistas les hace mucho daño el entorno. En el caso de Yankee, su esposa y manager, una férrea guardiana al estilo de Margaret Tatcher, y en el caso de Fonsi, no sé, pues no lo he vuelto a entrevistar más.
La fama y el éxito alejan a los artistas del público, de la prensa, de sí mismos. Y en la soledad de sus vidas, si es que en algún momento son capaces de encontrarse a solas consigo mismos, puede que se miren a un espejo… y no se conozcan.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).