SD. Los récord Guinnes por definición están reñidos con el verdadero arte. Se encuentran más cerca de lo que se concibe como actos heróicos, del deporte. Algunos competidores ponen en riesgo su propia vida en pos de alcanzar que su nombre sea registrado en el Libro Guinnes. Otros realizan hazañas más cercana al circo no como espectáculo, sino como actitud.
Otros no buscan tener un récord Guinnes, entonces es el récord Guinnes quien les cae atrás a ellos, como parece que ocurrió con Daddy Yankee, con Marc Anthony y con Gilberto Santa Rosa.
El reggaetonero puertorriqueño, por ejemplo, recibió diez récords Guinness, siete de ellos por el éxito mundial de «Despacito», que interpreta junto con Luis Fonsi.
El cantante de música urbana se coronó además como el primer artista hispano en alcanzar el número 1 en Spotify y dos más récords más por encabezar las listas de Billboard Latin Rhythm Airplay.
Hablando algo de historia, digamos que la primera edición del libro de los récords data de 1955. Ha vendido más de 141 millones de copias en más de 100 países y ha sido traducido a 22 idiomas.
En la edición del 2019 se destaca algunos casos, como la persona más longeva del mundo, el hombre más gordo, las uñas más largas, el hombre más alto y la mujer más pequeña, la velocidad más alta alcanzada en un traje con motor a reacción autopropulsado, la pizza más grande, etc.
El cantante dominicano Carlos Silver ha realizado un esfuerzo titánico por segunda vez para tratar de romper el récord de ser el ser humano que más tiempo ha estado cantando. Sin dudas es un esfuerzo loable, digamos, de récord deportivo.
Sin embargo su propósito no entra dentro del arte precisamente. Entra dentro de una hazaña, y de hecho fue una hazaña, que no logró fructificar.
Muchos pueden creer que cuando se establece un récord Guinnes se gana dinero, o te pagan algo. Pues no. No dan un cabrón peso. Te dan un certificado que viene siendo un boleto a la gloriecita del famoso libro, hecho que irán olvidando tus congéneres. Y más atrás vendrá otro supermán que destrozará tu récord.
Analicemos qué le daría el Guinnes a Carlos Silver. Ya está claro que no le darían dinero por romperlo, aunque sí lograría estampar su nombre en el libro, hasta que sea pulverizado por otro. Es decir serviría para hinchar de aire el pulmón del ego.
¿Le traería más conciertos, más contratos, más producciones, más hits, más ganancias monetarias por cantar? Nada de eso. Porque esos no son los parámetros por los cuales se mide el valor de un artista. O quizás, está bien, los dos primeros meses, y ojalá me equivoque. Pero al tercer mes volvería a ser el mismo Carlos Silver de hoy.
Es patético todo el esfuerzo que hizo Carlos Silver y sobre todo, los importantes daños que debe haber causado a su organismo.
Este tipo de cosas no debe servir de ejemplo a nadie.
En la primera ocasión serví de testigo. Creo que aquel esfuerzo debió quedarse ahí. Lo intentó por segunda vez y ya ahí no me acerqué. Pero lo peor de todo es que quiere intentarlo de nuevo. Oh Dios, ¿pero Carlos Silver no se da cuenta que está suicidándose? ¿No se da cuenta que en esencia su vida no va a cambiar por eso?
Carlos Silver es un cantante de buena calidad, con buen registro y sobre todo una capacidad de persistencia que ha pasado la prueba. Es resabido lo que le sucedió en la Clínica del Dr. Jiminián después de intentar romper por segunda vez el récord. No es lógico que sus cuerdas vocales no se hayan dañado algo. Al menos sino ahora, esas cosas salen con el tiempo, y si no que consulte a un foniatra, que es el especialista capacitado para evaluar las mismas.
Creo que se ha ganado el aplauso de toda República Dominicana, pero intentarlo nuevamente puede traerle graves consecuencias para su propia vida, para sus cuerdas vocales y para su futuro.
Carlos Silver lo que necesita urgente es un consejo especializado de un psicólogo, y para que con un buen manager, lo ayude a salir de ese barrenillo de los récords Guinnes, a ver si se esfuerza por hacer una buena producción musical, la lanza y se gana un premio Soberano. Que igual el pueblo dominicano se lo aplaudirá.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).