La foto de portada tiene lecturas. Maduro mira a la cámara sonriente, con el brazo sobre los hombros de Bonny Cepeda, mientras le dice algo de la primera compañera, a quien Bonny observa sonriente, mientras ella lo mira como una fan. Es tierna la foto, familiar, bonita.
Un artista es un artista. Bonny Cepeda lo es. Demostrado por varias décadas. Y como tal tiene derecho a cantarle a quien lo contrate. Sea un narco o un dictador.
Otra cosa es su ética y como se sabe la ética no siempre anda de la mano de lo legal. Hay cosas que son legales y pueden ser antiéticas.
Según una entrevista brindada al colega José Peguero, el conocido merenguero pidió disculpas al pueblo venezolano.
Ese tipo de situaciones tiene muchos antecedentes. Le pasó a Oscar de León cuando fue a cantar a Cuba, por ejemplo. En Miami tuvo que pedir perdón.
Lo digo, cada artista tiene derecho a hacer con su trabajo como artista lo que le dé la gana.
Pero en el caso de Bonny Cepeda hay un aspecto que él debió ponderar antes de aceptar esa presentación caraqueña. Tiene que ver con su cargo de viceministro de Cultura. Y probablemente le haya preguntado al presidente (o no) si podía hacerlo. No creo que Luis Abinader que es un empresario demócrata, le hubiese dicho no lo hagas.
Pero hay que tener detector de m… Si Ud. es viceministro de Cultura tiene que tenerlo activado todo el tiempo, porque Ud pasó de ser un simple artista a ser un artista-funcionario de un gobierno. Donde lo segundo pasa a ser lo primero. Ud. ahora es viceministro antes que artista, mientras dure su cargo. Y ahí es donde las señales se pueden confundir. Porque bien podría significar que ha sido un enviado del presidente a felicitar a un presidente antidemócrata, totalitario y sobre cuyos hombros carga no solo que -según la ONU-, 2.519.780 de sus nacionales emigraran, lo que supone un 8,84% de la población de Venezuela. Sino también según dicen crímenes insondables. No creo que Luis Abinader sea capaz de enviar ese tipo de mensajes.
Bonny Cepeda se enreda mucho. Donde dijo digo dijo Diego: manifestó primero que había cobrado 60 mil dólares por cantarle a Maduro en el cumpleaños. Ahora niega haber cobrado. Con lo cual reconoce no haber dicho la verdad.
Lo peor de todo es que debió haber medido sus acciones. Y no lo hizo. Si Bonny Cepeda no fuese viceministro de Cultura, otro gallo cantaría, desde mi punto de vista. Habría cantado, como otros. Aunque hay dineros que no se ganan. Porque es incierto que haya cantado gratis. De haberlo hecho habría caído ya en el delirio norcoreano de actuarle a un dictador por razones de adoración.
Lo último: ha dicho en CNN en Español que usó lo de los 60 mil como un sarcasmo, que estaba en visita privada en Venezuela, y le invitaron al cumpleaños de Maduro. Y él fue ataviado con smoking y pajarita.
Bonny Cepeda se enreda.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).