SD. Señor ministro de Cultura: evidentemente el peligro de que Cinemateca Dominicana desaparezca parece ser real. A no ser que tenga mejores planes, y no haya dicho nada. Pero es sospechoso, porque si esa fuera la idea, la habría comunicado. No creo que sean momentos ni para Ud. ni para el gobierno, de andar sumando ruidos innecesarios.
Señor Selman: lo que está en juegos es la desaparición de una institución con una historia de 39 años, que acaba de ¿celebrarlos? entre los días 15 y 17, como parias, pidiendo un espacito aquí y otro allá.
Su acervo está compuesto por 27,567 documentos, donde el 48% es de naturaleza audiovisual, integrado por largometrajes, cortometrajes y documentales, criollos y extranjeros, en diferentes formatos.
Señor ministro Eduardo Selman, valoro muy altamente su gestión hasta este momento, e intuyo que Ud. es una persona de sensibilidad que desea lanzar su propio programa de trabajo con el año nuevo. A partir de ahí le echaremos la culpa de todo lo que ocurra.
En la gestión antespasada, léase la del hoy embajador dominicano ante la Unesco, José Antonio Rodríguez, se estuvo al punto de llevar a cabo el proyecto de un fideicomiso que hubiese liberado al Estado de hacer las erogaciones de los $757 millones de pesos (US$15,140,000 dólares), con los que han restaurado los tres museos de la Plaza de la Cultura, dejando fuera el que más servicio ha ofrecido durante muchos años: la Cinemateca Dominicana.
Quince millones de dólares que el Estado pudo haber dedicado a otros proyectos importantes en la lucha contra la pobreza, o a inyectarlos al alicaído sector de los proyectos culturales.
Pero, la nefasta administración del predecesor suyo, el Sr. Pedro Berges, señor ministro, en el afán de borrar todo lo anterior, obligó a que el Presidente Danilo Medina tomara la -para mí errónea- decisión de invertir ese dinero en las obras sobre las cuales hace una semana Ud. habló en rueda de prensa.
Ese fideicomiso, señor ministro, y solo a modo de recordatorio, era de $400 millones de pesos en su etapa inicial y se pagaba con lo que generaban los mismos museos, por lo que dejaban de ser una carga económica para el Estado. Lo mejor de todo, es que ese fideicomiso incluía en su etapa final todos los museos del país. En total debían ser unos RD$1,000 millones de pesos, siempre pagaderos por los propios museos con su imprescindible sistema de autofinanciamiento. De ahí aquella idea del señor Rodríguez, de hacer cuatro Noches Largas de los Museos al año, para ayudar al autofinanciamiento de los museos, que al señor Berges le parecieron una locura.
Retomando la idea inicial, señor Selman, le sugiero amablemente a que reflexione sobre la Cinemateca Dominicana, su historia y su servicio cotidiano a favor de la cultura del país.
Soy de la idea de que la Cinemateca debe continuar dinamizándose y convertirse en un núcleo de atracción para los cineastas y para toda la población, así como en salvaguarda de la memoria visual del país. Al mismo tiempo es imprescindible que cuente con tecnología de punta tanto de conservación como de proyección.
Salve Ud. señor ministro la Cinemateca si es que está en peligro. Y de ser posible, díganos qué va a pasar con esta institución clave en el desarrollo de la cultura cinematográfica de República Dominicana. Gracias.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).