SD. El 2018 ha sido importante para la música urbana y a la vez ha puesto en evidencia algunas cosas interesantes en ese mundo que llaman a la reinvención, sobre todo para los exponentes dominicanos del género.
Para quien suscribe, los 10 puntos claves del año que termina, que a la vez sirven de ruta -para quien lo quiera tomar- para el año próximo, son los siguientes.
Primero, internacionalmente ha quedado evidenciado que en la música urbana no todo tiene que ser malas palabras, drogas y violencia.
Segundo, la música urbana ha evolucionado al unirse al género pop en una fusión inteligente que amplía las posibilidades de aquellos que tienen capacidad de interpretación, y eso es lo que más se consume internacionalmente.
Tercero, el que lo dude esta errado y debe revisarse: la música urbana llegó para quedarse, porque es la expresión sonora de las nuevas generaciones, que llegaron con códigos diferentes y el futuro es de ellos, por tanto su género tiene la sobrevivencia garantizada.
Cuarto, hay países donde la música urbana no es reina, como lo es en República Dominicana. Y en algunos se les ha puesto cortapisas, limitaciones y frenos, como en Cuba, donde un muy criticado decreto firmado por el ministro de Cultura le enfila los cañones, y Rusia, donde Vladimir Putin le ha declarado la guerra al rap.
Quinto, todo evoluciona, y el género urbano evoluciona, quiéranlo que no, de manera que las fusiones y las letras más limpias le van garantizando una mayor trascendencia y una mayor profundidad. Es hora ya de que los exponentes urbanos se acerquen a los arreglistas del paìs que pudiesen colaborar en crear discos que los hagan trascender a premios internacionales.
Sexto, los artistas urbanos dominicanos se han quedado rezagados en cuanto a la presencia en las listas de nominaciones de los premios Grammy y Billboard.
Séptimo, el espectáculo presentado en el Palacio de los Deportes por El Alfa, mas allá de lo caótico de la producción y de las fallas de sonido, entre otros defectos, marcaron un antes y un después de género que deberían aprovechar los demás exponentes.
Octavo, para el 2019 el reto sigue siendo la evolución hacia la depuración artística de las propuestas. Lo que más funciona en el mundo es el sentido del espectáculo, para ello se necesitan puestas en escena novedosas, arriesgadas, de calidad, que sean capaces de proponer lo diferente, único y especial que propone el artista sobre la escena.
Noveno, sigue pendiente la unión entre los exponentes urbanos. La posibilidad real de trascender a un nuevo nivel artístico pasa por la unidad. Y pasa por la realización de juntes o featurings que sean capaces de llevarse a los escenarios.
Décimo, es hora de mostrar la verdadera madurez artística entre los exponentes. Está bueno ya de mediocridad, de letras que se repiten con las mismas bobadas hasta el infinito; de beats que se parecen unos con otros. La originalidad es la madre de la trascendencia.
Por último, ¿quién le puede arrebatar el reinado que se han ganado este año El Alfa y La Insuperable? Uno y otro han sido capaces de crecer más allá de las fronteras y de convertirse en referencia de los ue sucede en el ámbito de la música urbana en el país. Las colaboraciones con colegas, sobre todo con Cardi B, Anuel AA y otros exponentes puertorriqueños por parte de El Alfa lo convierten en el Rey del Año 2018.
El asalto de la cumbre femenina del género en República Dominicana, así como su creciente proyección internacional por parte de La Insuperable, incluyendo éxitos como Mastica y traga, y featurings con figuras como Miriam Cruz, que la llevó a incursionar en el merengue, además de los éxitos en ventas de fiestas y capacidad de convocatoria, convierten a la esposa de Toxic Crow en La Reina del Año 2018.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).