Liborio es la ópera prima de Nino Martínez Sosa. Comienza con un violento huracán que obliga a Olivorio Mateo, llamado Liborio a refugiarse en una cueva. Una vez allí, literalmente lo vemos desaparecer frente a nuestros ojos. En el pueblo creen que está muerto. Luego reaparece de repente y comienza a actuar como un profeta, afirma que tiene una misión: traer el bien y quitar el mal. Construye una comuna y la gente comienza a congregarse a su lado para trasladarse a las montañas en busca de libertad. Liborio es una figura histórica real en la República Dominicana y el término Liborismo todavía tiene valor allí. Sin embargo, la película no es simplemente una historia sobre él.
Si bien Liborio no regresó del cielo y sus milagros son bastante cuestionables, la forma en que elevó el sentir de un grupo de personas irritó a las autoridades -y luego a los invasores estadounidenses- al enfrentar a su movimiento pacífico con las armas.
Algunos de los testigos son parciales. Está su hijo adulto, que está encantado de encontrar a su padre con vida y lo sigue obedientemente. Está la mujer que se convierte en su principal seguidora, teniente devota y madre de su hijo. Hay un forastero y un converso reciente, que no encaja bien en la comunidad y cuyos antecedentes son dudosos. Este enfoque multifacético le permite a Sosa postular a Liborio como una figura histórica, pero la película hace más que eso. Hace al público partícipe de sus hazañas. En lugar de inflar al personaje con grandeza, la narración ofrece varias perspectivas, este hecho entorpece un poco el vigor de las diversas viñetas, pero crea una evocación rara y sensata, sin dudas ni embelesamientos, de alguien que podría tomarse como inspiración mítica. (Y posteriormente, en la década de 1960, fue en la formación de una comuna en nombre de Liborio luego brutalmente reprimida en 1962 por el gobierno de turno, resultando en cientos de muertes).
El filme de Sosa, está dividido en siete escenas que toman el título de un poema sobre Papa Liborio (Liborio / Regresa del cielo / Para conmover al pueblo / Y resucitar a los muertos / De esta tierra nuestra / Llorosa / Bendita), el director narra las peripecias de este clásico personaje dominicano, pero elige mirarlo a través de los ojos de las personas que lo rodean, dando una imagen clara de cómo él los influenció y los cambió. Con el estilo narrativo de una clásica película biográfica, pero llena de imágenes, de momentos y muchas preguntas sin responder, Liborio es una historia que te fascina por su sencillez y te sumerge en el misterio del personaje histórico que saca a la luz.
El director expresa así su sentido de provocación. El personaje de “El otro” se representa constantemente con la toma desde atrás. El plano del personaje sin rostro nos traslada a la idea misma del personaje como reflejo de uno mismo, la sombra que nos ata al inconsciente colectivo. Altas ambiciones para un debutante, pero la ejecución de las ideas es sumamente valiosa. Con la ayuda de la lente de Oscar Duran y el brillante diseño de sonido de Maite Rivera Carbonell, el director Sosa, ha creado un muy buen filme.
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