Desde su primera película, Brick, en 2005, el cineasta Rian Johnson ha jugado con las expectativas del público. Su debut era cine negro ambientado en un instituto y se tomaba a sí mismo en serio. Su The Brothers Bloom fue la mejor película no dirigida por Wes Anderon. Looper manejaba la mecánica del bien y del mal tan bien como el tiempo, y de su (gran) aportación a Star Wars tampoco hace falta hablar. No, de verdad, no lo hagamos. Pero ahora parece que Johnson ha encontrado una muesca en el panorama cinematográfico con su divertida novela policíaca Knives Out, que se adapta perfectamente a su talento para sobrepasar y socavar las expectativas. A ello se suma un reparto maravillosamente armonizado y repleto de grandes estrellas, encabezado por el ex-007 Daniel Craig, que como Benoit Blanc ha encontrado su segundo papel icónico después del superagente.
Knives Out es y fue una fabulosa pieza de entretenimiento criminal, pero en comparación directa con su secuela, a la que Netflix dio un breve estreno en cines, parecía casi demasiado compulsiva a la hora de contar su historia. Esta característica ya no es tan pronunciada en la secuela, lo que hace que Glass Onion: A Knives Out Mystery parezca mucho más flojo, aunque el escenario veraniego en una isla en algún lugar del Mar Egeo también juega un papel importante. Por otro lado, el elenco de la primera parte era un poco más destacado, aunque el reparto de la producción de Netflix también es impresionante y todos los actores (incluyendo a Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr., Kate Hudson, Dave Bautista, Jessica Henwick y Edward Norton) están visiblemente disfrutando, por lo que además de Daniel Craig, que parece haber encontrado aquí el papel de su vida, destaca especialmente Janelle Monáe (Moonlight), que hace una interpretación maravillosa.
Pero no se trata sólo de la ambientación veraniega o del nuevo reparto (es probable que Benoit Blanc vuelva a encontrarse con otros personajes en la tercera parte), sino también del humor. Johnson nunca ha sido reacio a utilizar pequeños y grandes golpes de efecto para contar o mejorar sus historias. Glass Onion: A Knives Out Mystery es probablemente su primer largometraje que merece ser llamado comedia. Ya sea el gag recurrente con el drogadicto Darryl (la mascota de Johnson, Noah Segan, que ya interpretó otro papel en la predecesora), los gags secundarios que no dejan de aparecer en segundo plano o simplemente la química entre los actores, cuyos papeles siempre son un poco exagerados, pero nunca parecen absolutamente inverosímiles -aparte de la localización de la trama principal, pero eso se puede aguantar. Knives Out ya exageró un poco aquí, mientras que ambas películas tienen en común que cuentan, explican y dicen mucho sobre su diseño de producción.
Son estas facetas las que ya hicieron que la primera parte fuera tan maravillosamente memorable, desenfadada, atractiva y entretenida. Glass Onion: A Knives Out Mystery vuelve a poseer estas cualidades, aunque la secuela dura unos minutos más. Pero decir que la película es demasiado larga también sería injusto. No hay ningún periodo real en el que la historia se quede en remojo o en el que no ocurra nada de interés. La afirmación, ya muerta, de que Netflix da demasiado margen a sus creadores para desarrollarse no encaja aquí, la historia está sencillamente muy bien compuesta y afinada en todos sus aspectos. Los 140 minutos se aprovechan sencillamente con una historia emocionante, mucho ingenio y personajes simpáticos a grandes rasgos. Puede que haya algunas apariciones forzadas de invitados de vez en cuando, pero realmente no perjudica a la película.
Por último, unas palabras sobre Benoit Blanc: lo bueno de este personaje es que Rian Johnson y Daniel Craig parecen haberse dado cuenta de que la genialidad, la excentricidad, pero también la humanidad no tiene por qué anularse mutuamente. Nada en contra del clásico Hércules Poirot, pero Blanc es un personaje tan extraño y entrañable a partes iguales que tras el final de Glass Onion: A Knives Out Mystery ya hay expectación por la anunciada tercera parte, de la que por ahora sólo hay dos datos: Daniel Craig volverá a ponerse en el papel del investigador y Rian Johnson volverá a dirigir. Suficientes razones para estar emocionado.
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