SD. La música juega un papel importante en nuestras vidas, y algunos artistas saben cómo hacer un impacto tal, que el mundo los conozca. Prince, Madonna y Michael Jackson fueron las superestrellas que no necesitaban mucha publicidad y el lanzamiento de un nuevo álbum siempre era un verdadero evento. Esta fue una era que en gran parte hemos dejado atrás, pues el acceso a la vida de un artista está a solo unos clics de distancia. Videos, fotos y entrevistas se pueden encontrar en abundancia. Ese no fue el caso a fines de la década de 1980 y cuando Michael Jackson lanzó el álbum Bad, el mundo entero lo aceptó y disfrutó. El primer día se vendieron medio millón de copias y su video se mostró todo el día en MTV.
Este mega éxito, impresionó a Wade Robson, de 5 años, que vivía en Australia. Estudió sus movimientos y perfeccionó la forma en que lo imitaba. Cuando su madre escuchó que había una competencia de baile en la que el premio era conocer a Jackson, ella consideró que su hijo podría participar. Ganó y bailó en el escenario con El rey del pop, su ídolo. Michael se mantuvo en contacto. Casi al mismo tiempo, James Safechuck fue elegido como acompañante de Jackson en un comercial de Pepsi. Los dos brillaron y se desarrolló una amistad. Michael Jackson visitaba regularmente sus casas y fue visto por los padres de James como uno de sus hijos. A James incluso se le permitió ir de gira con el (acompañado de su madre) para bailar en el escenario todas las noches. Esto fue el inicio de una amistad más cercana para todos.
En este documental de dos partes con un total de cuatro horas, Wade Robson y James Safechuck explican con gran detalle cómo conocieron a Jackson, cómo creció su amistad y cómo finalmente Jackson abusó de ellos durante muchos años. Una superestrella que usó su estatus para acercarse a las familias, para luego tomarse el tiempo de alejarlos lentamente de sus padres. Las madres cuentan cómo inicialmente no le permitieron a Jackson dormir en la misma cama que sus hijos, pero eso cambió con el tiempo. Lo terrible es que nunca se dieron cuenta de nada de lo ocurrido y ahora que saben, no pueden perdonarse a sí mismas. Wade y James habían negado durante años que habían sido víctimas de abuso sexual (en parte debido a la forma en que Jackson les había hablado y a la relación que tenían con el, por supuesto), en el tribunal.
“Dejando Neverland” no se centra en el estatus de estrella de Jackson, sino puramente en las historias que los dos hombres y sus respectivas familias tienen que decir sobre lo experimentado. No se evitan detalles, lo que nos hace recrear momentos horribles y, después de ver este documental, es difícil creer en la inocencia de Jackson, aunque ya no pueda defenderse. La crítica que muchas personas tienen sobre la película, ahora que Robson y Safechuck salen a la luz, es que da sospechas que sea por dinero, ya que siempre estuvieron del lado de Jackson. El tiempo esperado para hablar, y la coincidencia de que ambos lo hagan al mismo tiempo, se siente injustificada. Al final, observamos con mucho dolor a sus madres, al escuchar sus testimonios, junto a las dos supuestas víctimas contando con gran tristeza su historia. Luego de ver como estos hombres han sido destruidos, nos mueve a otra página y nos hace pensar que es difícil imaginar que tengan una motivación diferente más que decir su verdad.
Depende de cada uno de nosotros el sacar nuestra propia conclusión, pero el hecho es que después de ver “Dejando Neverland” nunca volverás a escuchar la música de Michael Jackson de la misma manera, al menos yo no puedo.
El mundo se dividirá en la mitad por este asunto, y antes de que digas algo, ya sea que Jackson fuera un pedófilo o no, mira esta película en su totalidad. Recuerda también que el problema del acoso es muy complicado y las víctimas de abuso no pueden comprender durante mucho tiempo que hicieron algo mal, especialmente cuando son manipulados y encantados por su verdugo.
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