Crítica de cine para Notaclave.com, de Rubén Peralta
MIAMI. Uno de los sentidos más importantes que poseemos como humanos es nuestra capacidad de ver. Pero al igual que los otros sentidos, podemos fácilmente dar por sentado el privilegio de tenerlo trabajando, y solo cuando se la quitamos a alguien nos damos cuenta de lo útil que es en la vida diaria.
Adaptada de la novela del mismo nombre de Josh Malerman, publicada en 2014, “Bird Box” comienza con Malorie (Sandra Bullock), advirtiéndole a un par de niños que próximamente se enfrentarán a peligros que les podrían costar la vida en un viaje en bote con los ojos vendados. Luego retrocedemos cinco años para encontrar a Malorie embarazada. En una visita de rutina al hospital, Malorie y su hermana Jessica (Sarah Paulson) se dan cuenta de que el brote de suicidios masivos que habían visto a través de la televisión en Europa y Rusia ha llegado a su ciudad natal de Sacramento. Esta se refugia en una casa cercana donde el propietario (BD Wong) ha recibido a varios extraños. Parecen estar seguros mientras se cierren las cortinas y no miren lo que ocurre afuera. La película navega entre dos tiempos, el mencionado dentro de la casa y el viaje de ella con sus dos niños río abajo.
De hecho, una de las principales razones por la que me siento atraído por esta película es su propuesta es que la mayoría de que las decisiones de sus personajes hacen sentido. Como sucedió este mismo año con “A Quiet Place” la maravillosa película de John Krasinky, uno de los sentidos está en juego. Para la mencionada era el audio, aquí es la visión. La estrategia pensada en “Bird Box” recuerda a los espectadores lo incómodo que puede ser una película cuando se elimina lo visual, y más aún si no conocen el porqué de la situación, o lo que hace al mirar fuera la acción que le precede.
Sin embargo, hay detalles de que esto podría ser una clara manipulación, de que podría haber un nivel meta textual en todo lo que ocurre. Tal vez la forma en que el terror obliga a estas personas a convertirse en estereotipos es para reflejar el temor de Malorie de que la maternidad hará lo mismo con ella. La forma en que otros siguen haciendo suposiciones sobre ella y las decisiones en su nombre debido a su «condición» refuerzan la idea de que ella ha asumido un papel que nunca quiso desempeñar. Esta subtrama nunca es desarrollada en su totalidad. La película, en sus primero minutos se apresura a presentarnos los personajes y el punto de giro que hará el cambio climático sucede de repente. Es por eso, que Susane Bier, la directora, decide manejar el suspenso en dos tiempos, la situación del pasado, que es como nos cuenta el proceso de nuestra protagonista para llegar al presente, o sea, cinco años más tarde luego que todo empezó.
Uno de los aspectos más interesantes de “Bird Box” es que funciona a nivel técnico en coalición con su nivel narrativo. Bier que es toda una veterana, sabe utilizar una narrativa que fluye y que en ningún momento aburre, la tensión que se experimenta en varias situaciones, es de buenos directores. Presenta un horror paulatino en su verdadero sentido, ya que los personajes se encuentran atrapados repetidamente en situaciones precarias, mientras que los peligros, intentan eliminarlos. A diferencia de la “Noche de los Muertos Vivientes”, “Bird Box” no genera mucha claustrofobia durante sus flashbacks cuando los personajes encerrados tratan de decidir qué hacer para sobrevivir. La angustiosa música de Trent Reznor y Atticus Ross se siente como un débil eco.
Inteligentemente, Bier también opta por no mostrar la fuente del peligro, pero si nos da varias teorías de lo que podría ser. El guion de Eric Heisserer, funciona, porque sin miedo, escribe personajes femeninos fuertes. Recientemente escribió la brillante “Arrival”. El personaje de Bullock es el hilo conductor de la película, y es a través de ella y de su evolución que nosotros como espectadores sentimos sus dudas, su real terror y un coraje en desarrollo. Bullock exuda una autenticidad exquisita que hace que valga la pena estar del lado de Malorie. “Bird Box” quiere decir algo significativo sobre el poder de la maternidad y ella es el canal perfecto para ello.
La película es simple en sus corrientes temáticas. Fuera de su admiración por la maternidad y lo difícil que esta resulta ser. Es una experiencia intensa, pero al final algo vacía, nos deja más preguntas que respuestas, imagino que es una forma mediática de empujarnos a leer la obra original, pero es injusto.
Una de las razones por las que las películas post-apocalípticas son exitosas y cada vez más frecuentes es que, tal vez en el fondo, todos nos preguntamos cuál sería el peor escenario de la humanidad.
“Bird Box” es efectiva, sentimos la tensión y desesperación de la narrativa, pero no apoyada por un final complaciente, la película podría dejarnos tan solo con un sentimiento de buena experiencia más que la de crear debates acerca de estos posibles peligros.
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