Cada día se hace más palpable y útil la Inteligencia Artificial en la vida cotidiana, aún cuando apenas estamos en los prolegómenos de este fenómeno tecnlógico con utilidad científica. Ahora un equipo del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL, por sus siglas en inglés) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) ha desarrollado en colaboración con Ava Robotics un dispositivo capaz de matar en torno al 90% de partículas de COVID-19 presentes en superficies de 370 m2 en 30 minutos.
El robot podría mantenerse trabajando de manera permanente en dormitorios, pasillos, hospitales, aeropuertos e incluso aviones, y consta de una lámpara de radiación ultravioleta diseñada en el MIT, que usa una señal de luz ultravioleta de onda corta exacta para eliminar los microorganismos rompiendo su ADN. El haz de luz ultravioleta está conectado a la base móvil de Ava Robotic y puede desplazarse por un almacén de la misma forma que un vehículo sin conductor.
El aparato, que en estos momentos se encuentra en prueba, es controlado por algoritmos que calculan dónde debe ir el robot con precisión y cuánto tiempo tiene que trabajar para neutralizar los gérmenes existentes en esa parte concreta del espacio.
Actualmente el robot piloto que se encuentra en el almacén del Greater Boston Food Bank, se concentra en desinfectar los productos que salen del mismo para reducir cualquier posible riesgo de propagación del coronavirus en la comunidad.
“Había una oportunidad única en esto para ofrecer una potencia desinfectante mayor en el contexto actual de un amplio volumen de trabajo y para ayudar a reducir los riesgos de exposición a la COVID-19”, dice Alyssa Pierson, científica investigadora del CSAIL y técnica responsable del montaje de la lámpara de rayos ultravioleta.
Daniela Rus, directora del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del MIT explicó a The Ticker de Yahoo Finance, que implementar este robot en otras ubicaciones supone algunos desafíos. “La luz emitida por los robots es peligrosa para los humanos, así que el robot no puede estar en el mismo espacio que los humanos. Y si hay personas alrededor del robot, tienen que llevar puestos equipos de protección”, añade.
Rus no da un precio, dice que el coste del robot sigue siendo alto, lo que podría ser un obstáculo para llevar a cabo una amplia distribución. En el futuro, “tal vez no sea necesario comprar un equipo completo de robots, sino que podrás reservarlo durante unas horas al día para que se ocupe de tu espacio”, dice.
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