MIAMI. Expulsado de países de Centroamérica por sus artículos rebeldes o escandalosos, perseguido por la drogadicción o el homosexualismo, fundador de decenas de revistas y periódicos en aquella región, Porfirio Barba Jacob (Santa Rosa de Osos, Colombia, 1883-Ciudad de México, 1942) es el autor de una obra poética modernista -con nostalgia romántica- que lo pone en la cúspide de la poesía colombiana y deja en el anecdotario sus avatares y sus sufrimientos de poeta maldito.
Barba Jacob – nombre real: Miguel Ángel Osorio Benítez- vivió también en Perú, en Cuba (donde conoció a Lorca), EEUU y en México, el país en el que, después de 20 años, se murió tuberculoso, en la miseria, en una habitación sin muebles. Una nota crítica lo retrata como «el vagabundo, el marihuano, el maldito, el incomprendido, el dionisíaco, el lujurioso, el homosexual, el marginado, el menesteroso, el alcohólico. Pero también, el poeta que merece ser leído».
Estuvo en El Salvador, Guatemala y Costa Rica, donde salió disfrazado de cura a dar sermones. ‘Campiña florida’, ‘Escritos mexicanos’, ‘La estrella de la tarde’, ‘Canciones y Elegías’ y ‘Rosas negras’, son algunos de sus libros. Escribió un centenar de poemas y centenares de crónicas periodísticas que se perdieron en los medios donde se dieron a conocer.
Darío Jaramillo Agudelo dice que Barba Jacob era una pluma a sueldo, un vividor, un vicioso, en fin, «un pequeño truhán difícil de fiar. ¿Cómo puede un tipo así figurar entre los colombianos más sobresalientes del siglo XX? Porque Porfirio fue un gran poeta, está dispuesto a contestar casi cualquier habitante de nuestro país. La gente se sabe sus versos, los estudiosos lo incluyen en las antologías».
Esta estrofa es de su poema ‘Canción de la vida profunda’: «Hay días en que somos tan móviles, tan móviles/ como las leves briznas al viento y al azar./ Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría./ La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar».
Raúl Rivero (Cuba, 1945-2021). Fue uno de los mas importantes poetas y periodistas cubanos de los últimos 60 años. Fundador de El Caimán Barbudo. Excorresponsal de Prensa Latina. Tras ser condenado en 2003 a 20 años de prisión, y cumplir año y medio, salió en licencia extrapenal hacia España, gracias a la presión internacional. Radicado finalmente en Miami, falleció allí el 6 de noviembre del 2021. Publicó libros como Papel de hombre (Premio David de poesía, 1969), Poesía sobre la tierra (Premio Uneac, 1972), Corazón que ofrecer (1980), Cierta poesía (Premio Minfar, 1982), La nieve vencida (reportajes 1981), Puente de guitarra (México, 2002), Corazón sin furia (España, 2005), Vidas y oficios. Los poemas de la cárcel (España, 2006) entre otros. Premio Ortega y Gasset, Premio Reporteros sin fronteras, Premio María Moors Cabot, Premio Mundial de Libertad de Prensa de la Unesco «Guillermo Cano», entre otros.