MIAMI. Si hay una relación importante para todo ser humano, es la relación de pareja que nos proporciona los más bellos y tristes momentos de nuestra vida. Sólo si crecemos con nuestra pareja lograremos la ansiada felicidad.
Tener una buena relación de pareja, donde la pasión, el compromiso y la intimidad sean una realidad, depende mucho de ver «qué parte de mí» no le funciona a mi pareja, en vez de pretender que sea mi pareja quien cambie. La pareja es un lugar de conflicto, donde si logramos crecer, tendremos momentos de felicidad.
Todos queremos encontrar la pareja ideal, ¿pero alguna vez te has preguntado si eres tú la pareja ideal? Todo hombre quiere una mujer fiel, pero la pregunta del millón de pesos es si ese hombre será fiel. Cuando exigimos lo que no damos, esa diferencia crea una situación de injusticia para el otro y esa injusticia es una bomba de tiempo para la pareja. La justicia en las relaciones es algo fundamental para que perduren.
Cuando la relación no es justa para ambos, se va deteriorando; el que está «abajo» se siente mal, rabioso, agresivo y usado. Toda relación debe tener un equilibrio de justicia relacional. Si esto no sucede, viene la apatía y la pasión se va por una ventana.
Aun así, amar de la manera correcta no es un pasaporte al éxito. Si amas a la persona equivocada, amar de la manera correcta no hará una diferencia. Quien eliges para amar es tan importante como la elección de amar.
Sólo si crecemos con nuestra pareja vemos que esa «sociedad» funciona y crecer significa «sanar» todo lo que traigo de mi niñez, de mi pasado, «mi equipaje emocional». Si mi madre tuvo preferencia por un hermano, quizás yo sea celosa y si mi esposo no conoce «mi equipaje» no va a entender mis arranques, mis explosiones, ni mis celos.
Si mi esposo fue abandonado por sus padres y sufre de una gran «ansiedad de separación», me llama cien veces al celular, sólo desea estar conmigo, yo me siento «asfixiada» y perseguida mientras que él se siente abandonado. Esto sería más fácil de entender y superar si conozco su historia, su miedo al abandono y su equipaje.
Los seres humanos debemos tener la libertad de darnos a nosotros mismos. Hay gente que sólo da y no sabe recibir. Hay que esforzarse para tener la libertad de dar más y ser quien quieres ser y no te atreves a ser, expresar lo que te pasa aunque al otro no le guste.
Cuando se tiene esa libertad, se recobra el poder personal, la posibilidad de hacer nuevas elecciones con tu misma pareja, expresar tus emociones y lograr creer en ti mismo sin sabotearte.
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.