MIAMI. Leo una noticia sobre el mal uso que se le ha dado a las pastillas usadas por los hombres que sufren de disfunción eréctil, es decir que tienen dificultad de erección. Como en varios países estas pastillas se venden sin receta médica, los jóvenes, que son analfabetos sexuales porque no han recibido una verdadera educación sexual, y que además no sufren de disfunción eréctil, las toman para durar sin parar. Es tan grande la ignorancia de todos los implicados, que me preocupo. Lamentablemente, seguimos siendo analfabetos sexuales-emocionales.
Primeramente, esos productos no son estimulantes sexuales. Decir eso solo refleja el desconocimiento de cómo actúan dichas pastillas y la ignorancia sobre las etapas de la respuesta sexual humana.
Estas píldoras “no estimulan el deseo sexual”. El deseo es algo bien complicado, todavía no existe una pastillita que lo resuelva. Pueden beberse un barril de ellas y si no desean a su pareja… el pene no responderá.
La respuesta sexual humana comienza con el deseo seguido de la excitación. Modernamente no se habla de meseta (el máximo de excitación) sino que se considera el orgasmo como la etapa que sigue. Cuando se ha obtenido el orgasmo, y en el caso del hombre también ha eyaculado, viene la calma o sea, la etapa de resolución. Aquí los hombres necesitan un descanso y luego pueden comenzar nuevamente. A mayor edad del hombre, más tiempo necesita para poder tener otra erección. La otra opción es aprender a ser multiorgásmico y podrá mantener su erección hasta que decida eyacular. En la mujer es fácil, todas pueden. El hombre debe aprender.
También nos confirma que la gente sigue “separando” el sexo del afecto. No veo ninguna relación entre pela sexual con lo que es hacer el amor. Se sigue vivenciando la sexualidad con agresividad: ‘la acabé, la maté, la puse a gritar’. Una vez más, aparece el machismo. Ser hombre es poder tener un pene erecto por mucho tiempo. Después que no se quejen cuando les diga que son penes erectos caminando por la vida. El sexo no es un deporte, ni una apuesta y mucho menos un juego.
El mal uso de estas medicinas es peligroso y puede afectar negativamente a quien juegue ese jueguito. ¿Se le ocurre a usted tomarse algo para bajar el azúcar en sangre sin ser diabético? ¿Se pondría un yeso en un brazo sin tenerlo roto? Claro que no, pues lo mismo se aplica a esto.
Si desea prolongar su erección o ser multiorgásmico, sepa que hoy eso es una realidad. Los hombres pueden lograrlo, bastan unos ejercicios y usted tendrá todos los orgasmos que desee sin eyacular. Como los hombres no controlan sus erecciones sienten miedo a fallar cuando desean hacer el amor, todos tiene horror a tener “esposas infieles” si no las satisfacen en la cama. Recuerden hijos de Adán que la mayoría de las mujeres no son infieles por falta de sexo sino por falta de afecto, por no sentirse cuidadas, amadas y comprendidas.
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.