Mafalda dice algo que hoy quisiera gritar: «Paren al mundo, me quiero bajar». Después de un día difícil, decidí ver una buena película en Netflix. Al entrar, era la primera. No pude despegarme hasta el final. Como pasa con las verdaderas obras de arte, me hizo sentir que tenía algo importante que decir.
Tengo que confesar que decidí verla porque actúan mis dos actores preferidos por años: Antonio Banderas y Meryl Streep; pero, cuando leí que el director era Soderbergh, no dude en verla y les pido a ustedes que lo hagan. Se basa en los famosos «papeles de Panamá», en lo que se hace con nuestra plata en un mundo podrido, obsesionado con el maldito dinero y donde hemos perdido el rumbo.
Hace poco comentaba en otro artículo que ya no confiamos en las instituciones. Nadie cree en presidentes, jueces, abogados, iglesias, y un gran etcétera. No sabemos dónde comienzan los buenos y quiénes son los malos. Hemos terminado aplaudiendo películas donde se le roba al gobierno, porque casi siempre el gobierno nos roba a nosotros descaradamente. Las mal llamadas instituciones, también.
Estamos en un momento muy peligroso en este mundo. La corrupción nos está arropando, los valores, la fe y la esperanza se han perdido. Y no creo que esto vuelva atrás. Eso pensaba hoy, y me lo estrujó la película en la cara. Es como si Dios me confirmara mi protesta interior por vivir en esta sociedad, en este mundo sin futuro.
Hemos despertado, estamos hartos. Si lo dudan, miren lo que pasa a alrededor en este momento: Venezuela, Bolivia, Chile, Nicaragua, Honduras, Haití, República Dominicana, Cuba, etcétera. Fraudes electorales, corrupción, narcotráfico, violencia, delincuencia. En muchos países se han producido estallidos sociales y en otros, falta poco para que comiencen. Cuando los seres humanos pierden la esperanza, cualquier cosa puede pasar. Yo, como psicóloga, me siento sumamente preocupada. ¿Qué futuro estamos dejando a nuestros hijos? Ninguno. No se hagan ilusiones. Ninguno.
En un accidente engañan a los que perdieron a seres queridos o sufrieron consecuencias médicas que tienen que pagar en EEUU, donde la medicina es la más cara del mundo. Esto significa adquirir una deuda de por vida y dañar el crédito para siempre.
Pero, ¿esto no era un paraíso? ¿No era aquí que las instituciones funcionaban, los jueces no se vendían y supuestamente estábamos protegidos? Como dicen en mi país, eso es simplemente propaganda yanqui.
Esta película denuncia a calzón quita’o lo que hacen los empresarios, los millonarios, los abogados y un gran etcétera. Nos roban nuestro dinero, se burlan de los viejos, y nadie hace nada.
Véala pronto, antes de que la quiten. Lo más importante para ellos es la ignorancia que les permite seguir robando, abusando y engañando. Al final, nos dejan esta frase sin desperdicio: «En 2018, 60 de las más grandes compañías en EEUU no pagaron taxes on pre-tax inconme por un valor de 79 billones de dólares».
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.