MIAMI. La violencia contra la mujer, la violencia en la familia y en el mundo, sigue subiendo como sube la pasta cuando la ponemos en agua hirviendo. Sin embargo, las redes, la televisión, los cineastas, los productores tanto de película como de televisión, etc., intentan constantemente “vender” temas sumamente agresivos y violentos.
Cuando mi hija vino a Estados Unidos a estudiar cine, un profesor le dijo en clase a todos los alumnos que deberían hacer películas de sexo fuerte y violencia si querían vender y hacer dinero. Yo me puse furiosa y me quejé en la Universidad; yo pagando tanto dinero para que un estúpido le diga algo así a una muchacha de 17 años y a todos sus compañeros de clase. Ese evento nos ayuda a entender porque al abrir un periódico, encender la televisión para ver un noticiero o buscar una película en una plataforma… le puede subir la presión.
Creo que cada día se pone peor, el motivo es multi-causal, como todo lo que sucede con los seres humanos y las sociedades; que son la suma de todas las familias que componen dicha sociedad. ¿Ha pensado qué le estamos dejando a nuestros pequeños?
¿Dónde se origina y cómo podemos hacer algo que verdaderamente funcione y que baje esos números de feminicidios, abuso, etc. que dan miedo?
Empecemos con los hechos:
1) La mujer hizo su liberación femenina (aún en proceso), pero el nuevo masculino… apenas asoma tímidamente la cabeza.
2) Sin trabajar con el hombre, se pondrá cada día peor… y no lo estamos haciendo. Mientras más empoderamos a la mujer, sin preparar al hombre, peor se pone la cosa. Hemos educado al varón diciéndole que es un macho si practica las tres P: preñador, protector y proveedor, lo cual en este siglo sólo logra que éste se paralice cada vez más ante esa mujer independiente; que trabaja, que a veces gana más que él, que le molesta que intenten protegerla o las que no quieren hijos y mucho menos casarse. Ya los hombres no saben qué hacer, es difícil ser hombre en este tiempo.
3) Los modelos que arrastramos y seguimos copiando.
Nuestras familias son modelos que copiamos y además nos enseñan mucho sobre nuestras relaciones significativas, el manejo del poder, los roles, etc.
La religión y las iglesias en general, sobretodo la católica, donde la mujer no es valorada, por ejemplo, no puede ser sacerdote.
* La cosificacion de la mujer
* La hipersexualidad
* La falta de una verdadera educación sexual
* La pérdida de los valores
* El irrespeto por la mujer
Y un gran y peligroso etcétera. Esto va mucho más allá de empoderar a las mujeres, es hora de hablar a calzón quitao y actuar o las consecuencias serán incontrolables… estamos en una gran crisis mundial que ha sido muy mal enfrentada.
Como pueden ver todos somos responsables, exponer las causas y dar las soluciones para implementar ya y dejar de hablar, es un asunto sistémico que nos incluye a todos, no tenemos opción. ¡Tenemos que actuar!
Dra. Nancy Alvarez Psicología Clínica con maestría y post grados en terapia familiar de pareja y sexual. Miembro del Board Americano de Sexualidad y de APA.