“Es más frustrante que impactante. Esto se ha pronosticado durante mucho tiempo, pero ha habido poca reacción por parte de los gobiernos”, ha dicho el científico Stefan Hendricks, un especialista en física del hielo marino del Instituto Alfred Wegener, y es uno de los que han lanzado la alarma de lo que está ocurriendo en el Ártico.
En esa zona del mundo está el mar de Laptev, conocido como el lugar de nacimiento del hielo, que se forma a lo largo de la costa a principios del invierno, luego se desplaza hacia el oeste transportando nutrientes a través del Ártico, antes de romperse en la primavera en el estrecho de Fram entre Groenlandia y Svalbard.
Sucede que si el hielo se forma tarde en el Laptev, será más delgado y, por lo tanto, es más probable que se derrita antes de llegar al estrecho de Fram. Esto hace que hayan menos nutrientes para el plancton ártico, que luego tendrá una capacidad reducida para extraer dióxido de carbono de la atmósfera. Mientras más mar abierto haya, más turbulencia en la capa superior del océano Ártico, que extrae más agua cálida de las profundidades, con lo cual, el calentamiento global se hace cada vez mayor.
La falta de respuestas a las alarmas científicas, sobre todo de los países más poderosos, la renuncia a los compromisos con los acuerdos mundiales sobre cambio climático, están acelerando la situación, opinan algunos científicos, quienes aseguran que esta congelación tardía ha sido causada por un calor extrañamente prolongado en el norte de Rusia, sin precedentes, y la intrusión de las aguas del Atlántico. Estos también advierten de los posibles efectos colaterales en la región polar. Hasta el punto que esta región podría vivir el primer verano sin hielo de la historia.
Las temperaturas del océano en el área subieron recientemente a más de 5 °C por encima del promedio, esto sumado a una ola de calor récord en verano y la disminución inusualmente temprana del hielo marino del invierno pasado.
Los expertos del clima de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOOA) de Estados Unidos, han informado que el calor atrapado tarda mucho en disiparse en la atmósfera, incluso en esta época del año en la que el sol se asoma sobre el horizonte durante poco más de una o dos horas al día.
”La falta de congelación hasta ahora este otoño no tiene precedentes en la región ártica de Siberia”, ha explicado al periódico británico The Guardian, el investigador postdoctoral Zachary Labe, de la Universidad Estatal de Colorado. “El cambio climático está empujando corrientes atlánticas más cálidas hacia el Ártico y rompiendo la estratificación habitual entre aguas profundas cálidas y la superficie fría. Lo que ha dificultado la formación de hielo”.
“Sin una reducción sistemática de los gases de efecto invernadero, la probabilidad de nuestro primer verano ‘sin hielo’ seguirá aumentando a mediados del siglo XXI “, alerta Labe.
La zona de Siberia, con una extensión en sí misma del tamaño de un continente, ha sufrido olas de calor que han derretido el permafrost sacando al aire incluso restos de animales de hace millones de años, y de culturas prehistóricas.
Walt Meier, científico investigador principal del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de EE. UU. ha expresado que “Los últimos 14 años, de 2007 a 2020, son los 14 años más bajos en el registro de satélites a partir de 1979. Es probable que la tendencia a la baja continúe hasta que el Ártico tenga su primer verano sin hielo”, lo cual ocurriría entre el 2030 y el 2050, según han indicado los modelos y datos científicos.
Notas de las mejores agencias de noticias internacionales.