El maestro Ramón Orlando dirigiendo en un ensayo a la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Chaikovsky, de Moscú (Foto servida)

El maestro Ramón Orlando presenta por primera vez en Moscú “Merengue sinfónico”

El maestro Ramón Orlando acaba de realizar la que probablemente haya sido su mayor hazaña musical hasta ahora. Este 4 de marzo, a las 7:00 de la noche, el maestro sentado al piano hizo realidad algo que quizás nunca soñó, tocar con la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Chaikovsky de Moscú, con una suite de grandes merengues sinfónicos.

La invitación fue del embajador dominicano en la capital rusa, Alejandro Arias, quien expresó a elCaribe su “gran satisfacción por haber logrado celebrar de esta manera, con nuestro ritmo nacional, el 80 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre República Dominicana y Rusia”.

“Nuestra República Dominicana ha sido honrada -dijo por su parte Ramón Orlando-, quien fue el pianista concertista y autor de todos los arreglos realzados para este concierto”.

“Fueron 10 merengues orquestados con todos los elementos que constituyen una obra hecha para sinfónica en el marco de la música clásica”, explicó el destacado merenguero dominicano, que desde hace unos días permanece en la capital rusa.

Frontispicio de la Gran Sala del Conservatorio Chaikovsky de Moscú (Foto servida)

El Conservatorio de Moscú, “Piotr Illich Chaikovsky” es probablemente el más exigente instituto de música sinfónica del mundo, por donde han pasado probablemente el 60% de los grandes talentos mundiales de la música sinfónica a lo largo de su historia. La Gran Sala Chaikovsky se llenó, por primera vez, de merengues compuestos a lo largo de la historia musical del pueblo dominicano.

El concierto abrió con Compadre Pedro Juan, de Luis Alberti y continuó con Juanita Morel de Bilo Henríquez; Te quiero, del propio Ramón Orlando; Déjame volver, de Félix Cumbé.

También se escucharon El negrito del batey, de Luis Kalaf; Sin ti no soy nada, de Melvin Rafael; y El guardia del arsenal, del inolvidable Luis Díaz.

Los últimos tres merengues arreglados sinfónicamente fueron Sisi y Ricardo, y Bailando, ambos del maestro Ramón Orlando y finalizó con La agarradera, de Los Pérez.

“Este concierto tan sui generis en la capital rusa también estuvo dedicado al 181 aniversario de la independencia dominicana”, explicó el embajador Aras, uno de los pocos diplomáticos que se caracteriza por promover de manera activa la cultura dominicana y a quien en algún momento el Misterio de Cultura debería honrar.

El evento contó también con el apoyo del Consulado Honorífico de República Dominicana en San Petersburgo.

Es la primera vez que se escuchan estos ritmos de esta manera en Moscú ante un público mixto compuesto por los propios moscovitas y parte de la comunidad dominicana en ese país. La prensa rusa ha caracterizado el concierto como “un suceso musical único que descubre la riqueza de la cultura musical caribeña”.

Vista del ensayo general de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Chaikovsky dirigida por el joven maestro Ilya Markéyev (Foto servida)

Ramón Orlando expresó ante una llamada de elCaribe: “Hemos estado aquí once días, hubo que ensayar mucho, es una cultura desconocida lo que es la música tropical. Tuve que pasar tiempo explicando nuestra filosofía de vida, el sentido que tiene la alegría en nuestra cultura”.

“Ellos no entendían que cada música nuestra es alegre. Como que no entendían que la alegría es plena, en su formato; tuvieron que entender eso de la música dominicana El dominicano canta su pena y se baila su tragedia. Los rusos desconocen eso, pues para ellos es de otra manera. Ellos me decían que lo de ellos todo finaliza en tragedia y tristeza”, expresó.

Además de la Orquesta Sinfónica del Chaikovsky, bajo la dirección artística del maestro Viacheslav Valeyev y la dirección ejecutiva del maestro Ilya Markéyev, contó con la asistencia de los músicos dominicanos Francisco Pérez en la tambora; Máximo Núñez en la turompeta, Humberto Flores en la güira, Bol´var Pérez en las congas, Julio César Félix en el bajo y Enriquillo Pimentel en el saxo alto.

La colaboración ha sido espontánea, y se ha podido concretar en los jóvenes estudiantes de música del conservatorio, quienes han invitado al maestro trompetista para que les explique cómo es esa manera de tocar el instrumento. Ramón Orlando destacó la fina sensibilidad de Ilya Markéyev, joven director de la Orquesta Sinfónica del Chaikovsky.

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