Al brote de fiebre porcina africana que afecta a una parte de la población porcina del país, las autoridades del Ministerio de Agricultura le hicieron frente rápidamente, tomando la difícil pero responsable decisión de sacrificar hasta la fecha el 4.6 % de la población de 1.1 millones de cabezas de cerdos contagiados o en riesgo de serlo.
A pesar de esta situación, el sector porcicultor ha podido seguido abasteciendo el mercado por su amplia producción, a sabiendas que la enfermedad del cerdo no se traslada de ninguna forma al ser humano, tal como aseguran además los especialistas de la salud.
Consultado al respecto, el médico endocrinólogo Edgar Mañón fue enfático al afirmar que “no hay que tener miedo al ingerir la carne de cerdo ya que ninguna enfermedad porcina se transmite al ser humano; además, los grandes productores de carne cerdo aplican todos los controles necesarios y siguen rigurosos procedimientos de sanidad para garantizar la calidad de este alimento”.
En tanto que la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC), a través de su presidente Mario Lama, manifestó que “las grandes cadenas de supermercados solo se suplen de granjas formales que operan con altos índices de higiene y sanidad, en las cuales no se detectado ningún caso de fiebre porcina”.
La entidad forma parte de la Coalición RDUnida que reúne desde junio pasado a diversas organizaciones empresariales, comerciales, sociales y de la construcción, para tratar y mitigar desde todos los sectores la situación de alza de precios que se vive en el país en los últimos meses debido a los efectos de la pandemia en las economías y mercados mundiales.
A través del Ministerio de Agricultura, el Gobierno mantiene la vigilancia y los controles sobre las crianzas porcinas, luego de establecer un cerco sanitario alrededor. La labor de depuración de los cerdos contagiados no se detiene ni se detendrá hasta erradicar el brote de la enfermedad, y tiene el aval de técnicos de la FAO, la Agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Por lo tanto, el consumo de carne de cerdo es seguro e inofensivo para los dominicanos, sumando también el hecho, si quedan dudas, de que la carne que entra al mercado proviene de cerdos sanos y aptos para venderse normalmente en supermercados y otros puntos de expendio de alimentos.
El cerdo afectado no llega al mercado y mucho menos a los consumidores, antes se saca de circulación. Por eso, el Gobierno está acudiendo en apoyo de los porcicultores y hasta ahora ha desembolsado más de 350 millones de pesos para compensarlos a precio de mercado por sus crías afectadas.
Ante el anuncio del brote porcino la tendencia de algunos consumidores fue a detener su ingesta, aunque está probado y comprobado en términos biológicos y epidemiológicos que la enfermedad no se transmite de los cerdos a los humanos de ninguna manera. El cerdo en sus distintas preparaciones no representa riesgo alguno para la salud humana.
17.9 millones de pollos mensuales al mercado
En ese contexto, ha aumentado el consumo de la carne de pollo, otro alimento básico de la dieta dominicana, provocando una relativa carencia de carne blanca en algunos puntos de venta del país en las pasadas semanas.
Sin embargo, el país se encuentra en estos momentos en un nivel de producción de pollo y huevos nunca antes visto. De una marca de 17.9 millones de pollos mensuales que entran al mercado, para el presente mes de agosto se proyectó una producción de 18.3 unidades de pollo para suplir la demanda local, lo que representa una salida de 620,000 pollos diarios desde las granjas.
Unos meses atrás, apenas en enero de 2021, la producción se mantenía en 16.5 millones de unidades. La Asociación Dominicana de Avicultores declaró recientemente que niveles de consumo como esos solo se registraban “en temporadas de mucha demanda” como la de diciembre.
También se decidió la diligente intervención del Ministerio de Agricultura y del Inespre, autorizando la importación de pollo para garantizar la estabilidad del producto en el mercado nacional. Inespre venderá a 125 pesos la unidad de pollo importado en sus bodegas móviles que circulan por los barrios.
En la actualidad se está a la espera que el organismo autorizado para hacer la importación, el Inespre, cumpla el proceso de rigor a través del portal de la Dirección de Compras y Contrataciones Públicas para la adquisición de pollos para importación.
“Aunque se autorizó la importación de carne de pollo para garantizar la estabilidad del producto en el mercado nacional, por disposición de nuestro Gobierno, nuestro deber es hacer esa adquisición respetando los parámetros legales”, afirmó Iván Hernández Guzmán, director del Inespre, sin confirmar el plazo para la llegada al país de este producto.
Los productores avícolas y las cadenas de supermercados, cada uno por su lado, han garantizado el abastecimiento de este alimento y el precio. Los productores despachan a 60.75 pesos la libra del pollo matado y los supermercados lo expenden entre 71 y 74 pesos la libra.
Con estas medidas, el Gobierno asegura la estabilidad del suministro de la carne blanca, que contiene la proteína de mayor consumo en el país, y se siguen superando las situaciones difíciles que ha enfrentado el país, junto a todos los sectores productivos unidos, comprometidos por el bienestar social y una mejor calidad de vida para la ciudadanía.
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