El hasta hace menos de un mes viceministro de Cultura Carlos Santos, era el único de los que han pasado por esa cartera, que realmente tenía profundos conocimientos técnicos de Política Cultural.
Si por algo se ha caracterizado el Ministerio de Cutura es por la designación en puestos importantes a personas improvisadas. No es el caso de la actual ministra Carmen Heredia -quien ha sido directora del Ballet Nacional y el Teatro Nacional-, ni de los viceministros Giovanny Cruz y Gamal Michelén, que ya pasaron por esos cargos hace casi cuatro lustros. No nos referimos a Tony Raful, José Rafael Lantigua, ni José Antonio Rodríguez, quien lo hizo mejor de lo que se esperaba. Pero los demás viceministros y ministros han sido personas que han caído de fly en sus cargos como una pelota de softbol. Pero aquellas personas improvisadas eran las primeras que tiraban a Carlos Santos en un rincón.
Sustituir a estas alturas a personas brillantes, de reconocido desempeño técnico, por personas sin ninguna relación, ni formación, ni capacidad, ni conocimientos, ni experiencias para desempeñarse en un Ministerio de Cultura, es una mala señal.
El gran reto de los nuevos inquilinos del Edificio de la Ave. George Washington con la Presidente Vicini Burgos, es que el sector cultural no soporta ni un error más. Hay un sobregiro de errores, de improvisaciones y medidas medalaganarias.
Entre otras cosas hace falta que el sector cultural acabe de quitarse el sambenito de arriba de que es un sector gastador, al cual hay que darle todo, y se convierta definitivamente en un sector aportador al Producto Interno Bruto, que ponga a funcionar al tope sus grandes potencialidades en las industrias culturales. De haberse seguido midiendo la Cuenta Satélite con su herramienta principal, la Encuesta Nacional de Consumo Cultural, hoy se sabría que los aportes de la Cultura al PIB andaban por encima de los 2.5% y cercano a los 3% esto en el 2019, gracias al desarrollo de la industria cinematográfica.
Carlos Santos fue directamente quien tuvo a su cargo la supervisión del programa de creación de la Cuenta Satélite de Cultura de la República Dominicana. En 2015 el Ministerio de Cultura y el Banco Central de la República Dominicana dieron a conocer el primer Informe de Resultados de la Cuenta Satélite de Cultura, ofreciendo datos sobre los aportes del sector cultural al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
P. Carlos, ¿cuál es el objetivo de crear una Cuenta Satélite de Cultura?
R. El objetivo principal de la Cuenta Satélite de Cultura (CSC) es crear un sistema continuo de información económica relacionado con los productos, actividades y prácticas que pertenecen al ámbito del campo cultural. Mediante este sistema, podemos obtener valiosa información para la toma de decisiones en materia de políticas culturales públicas y, contribuir con el fortalecimiento de los procesos de desarrollo y promoción de los sectores vinculados a la economía creativa.
P. ¿Cuáles son los antecedentes de la Creación de la Cuenta Satélite de República Dominicana?
R. Los antecedentes de este proyecto se remontan al año 2004, cuando siendo director general técnico del Ministerio de Cultura, durante la gestión del ministro José Rafael Lantigua, solicitamos el apoyo del Convenio Andrés Bello (CAB), para realizar un taller sobre el tema en el país; pudiendo traer al experto colombiano, Omar López Olarte del equipo de Economía y Cultura de esa entidad, quien dictó tan importante seminario taller. Dicha actividad la realizó el Ministerio de Cultura en la Universidad Católica Madre y Maestra de Santo Domingo, con la participación de representantes del Banco Central y el área económica del Estado. Por primera vez se conoció en el país, la metodología empleada y los estudios que realizaba el CAB en Colombia y distintos países latinoamericanos.
Debo decir, que la creación de la Cuenta Satélite de Cultura ha sido promovida por organismos multilaterales en los que la República Dominicana forma parte, tales como, la OEA, OEI, UNESCO, CECC/SICA, CELAC, entre otros. Entre los años 2004 al 2012, se efectuaron acciones que sirvieron de base a un proceso de sensibilización a instituciones gubernamentales ligadas a áreas económicas del Estado, como a técnicos y funcionarios de organismos generadores de estadísticas e indicadores nacionales, tales como la Oficina Nacional de Estadística, el Banco Central, el CEI-RD, la Dirección Nacional de Aduanas, Fomento Industrial, el Ministerio de Industria y Comercio, la Dirección de Impuestos Internos, entre otras, a los fines de estudiar el impacto de la cultural en el Producto Interno Bruto (PIB).
P. ¿Por qué tuvieron que esperar tanto tiempo para tener los primeros resultados?
R. Ocurrieron varias cosas, la primera, fue en cierta medida mi salida del Ministerio de Cultura en 2006, y en parte se perdería la estrategia que nos habíamos trazado para entonces. A todo ello, se requería de un cambio en la concepción en torno al desarrollo, que además de visibilizar los aportes de la economía creativa, dotara a la cultura de su relevante papel en las políticas públicas dentro de las estrategias de desarrollo nacional.
Debieron trascurrir 10 años para que dichos esfuerzos se pudieran materializar, gracias a un contexto favorable que permitió la inclusión de la Cultura en la Estrategia Nacional de Desarrollo, y con ejes estratégicas concernientes a las industrias culturales. De igual manera, se estaba evidenciando avances significativos, tanto a nivel nacional como internacional, respecto al aporte de la cultura a la economía. Todo ello sería a acompañado de una fuerte voluntad política, y de trabajo de gestión y relaciones con el Banco Central, llevado a cabo durante la gestión del ministro José Antonio Rodríguez.
P. ¿Cómo se pudo elaborar la Cuenta Satélite de Cultura en la República Dominicana?
R. En primer lugar, el reinicio de estas actividades requirió de un Acuerdo Interinstitucional entre el Ministerio de Cultura y el Banco Central de la República Dominicana, lo cual posibilitó conformar un equipo de técnicos de ambas instituciones. De manera que los técnicos del Ministerio de Cultura y los del departamento de Cuentas Nacionales del Banco Central, pudieron completar un proceso de entrenamiento sobre la metodología del manual de cuenta satélite de cultura del Convenio Andrés Bello (CAB) para que pudieran trabajar en dicho proyecto.
En segundo lugar, se necesitó conocer la experiencia de países iberoamericanos, con los cuales trazamos nuestra ruta crítica para el desarrollo del programa. Esto permitió la consulta con técnicos con conocimientos en cuentas nacionales y estadísticas económicas, las cuales facilitaron la creación de capacidades locales en el referido equipo. Dicho equipo y condiciones para llevar a cabo la Cuenta Satélite de Cultura, fue evaluado por técnicos de la CEPAL quienes realizaron un informe favorable, el cual permitió el financiamiento de la OEI al programa.
Cabe señalar, que la cooperación internacional fue fundamental para solventar los trabajos en materia técnica y financiera, y gracias a la cooperación prestada por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la CECC/SICA, y la participación de la CEPAL, Convenio Andrés Bello (CAB), así como de países iberoamericanos, entre ellos Colombia, México, Argentina, Costa Rica, entre otros, pudimos avanzar en la creación de la Cuenta Satélite de Cultura dominicana.
Este nivel de apoyo permitió que el equipo de economía y cultura participara en el taller de actualización del Manual de Cuenta Satélite del CAB realizado en Costa Rica, y asistiera a los entrenamientos ofrecidos por el Departamento Estadístico Nacional de Colombia (DANE) y el Ministerio de Cultura de dicho país, ambos ofrecidos en el marco del acuerdo bilateral República Dominicana-Colombia.
Todo este proceso permitió conformar un equipo nacional, capacitado para realizar los levantamientos de información, así como los estudios puntuales pertinentes y requeridos para el primer informe de resultados de la Cuenta Satélite de Cultura de la República Dominicana.
P. ¿Qué significado tuvo en el 2016 y tiene, conocer que la cultura aportó entonces el 1.5% del PIB?
R. Pienso que la Cuenta Satélite de Cultura-RD (CSC-RD) además de darnos esta estimación, que demuestra que la cultura aporta al PIB, nos indica que es un sector en expansión y crecimiento, al revelar información sobre el empleo cultural y el consumo de bienes y servicios que genera. En el Primer informe de resultados de la Cuenta Satélite de Cultura, se estimó que para el año 2010, el gasto en bienes y servicios culturales, correspondiente a los sectores de: Libros y Publicaciones Periódicas, Artes Escénicas y Espectáculos Artísticos, Artes Plásticas y Visuales, Audiovisual y Radio, Educación Cultural, Música y Patrimonio Cultural, era del 1.5 % del Producto Interno Bruto (PIB). A partir del estudio efectuado a estos seis sectores de la cultura, se pudo observar los flujos reales de productos y servicios y los pagos monetarios que se realizaron en los mismos; así como el consumo cultural de la población en la dinámica productiva nacional.
Con esta información, ya sabemos el peso de los sectores medidos en la economía creativa nacional, en donde el 86.9% fue efectuado por el sector privado, compuesto por los hogares y las empresas; mientras que el restante 13.1% fue realizado por el sector público. Y lo que es muy importante, mediante la CSC-RD podemos establecer comparación de la actividad económica que realiza República Dominicana con el resto del mundo.
Con el primer informe de resultados, definimos el perfil del consumidor cultural en la República Dominicana; lo mismo, que informaciones acerca de la participación de la cultura en la generación de empleo y, de cuál es el aporte del sector cultural respecto a los demás sectores de la economía dominicana, entre otras informaciones valiosísimas que deberíamos seguir produciendo para que la cultura sea reconocida como uno de los pilares del desarrollo nacional.
P. ¿Qué ha dificultado la continuidad del Programa de Cuenta Satélite de Cultura y de publicación de nuevos informes de resultados?
R. Creo que la falta de continuidad en las políticas públicas nacionales. Ha sido un gran desacierto en no darle continuidad en estos trabajos en el pasado gobierno. Pesó mucho que durante el periodo 2016-2020 el Ministro de Cultura tuviera dos ministros, desfavoreciendo la continuidad de los trabajos que se venían haciendo desde la gestión del ministro José Antonio Rodríguez. A todo ello, hay que decir, que todavía se requiere de mayor sensibilización y entendimiento sobre la importancia de estas estimaciones para la toma de decisiones en políticas culturales, así como en la comprensión de la cultura como motor del desarrollo sostenible.
La discontinuidad de los trabajos alteró la programación y coordinación de los trabajos con el Banco Central; pero al mismo tiempo produjo el retiro de fondos del ministerio para esos trabajos y, la disolución del equipo técnico conformado en el Ministerio de Cultura para tales fines. Lo cual, a su vez hizo detener la gestión técnica y financiera con la cooperación internacional, debido a la incertidumbre en la continuidad en los trabajos de la CSC-RD.
Lo anterior conllevo al abandono de actividades vitales del proyecto, tales como: levantamientos de información de los estados financieros de las empresas del sector cultural, la realización de la segunda Encuesta Nacional de Consumo Cultural y, la conformación de las mesas sectoriales de cultura. Trabajos que requerían estar coordinados con las actividades propias de los técnicos del Banco Central.
A pesar de los esfuerzos que realizamos para restablecer el programa, el ministro Eduardo Selman quiso desligar al Ministerio de Cultura del Programa, proponiendo que fuera realizado solo por el Departamento de Cuentas Nacionales del Banco Central, cosa que no era posible, ya que esa opción fue descartada por diversas razones desde un inicio, cuando en 2013, se estableció el Acuerdo Interinstitucional firmado entre el Ministerio de Cultura y el Banco Central de la Republica Dominicana, en el que se establecían los términos y compromisos entre ambas instituciones gubernamentales.
P. ¿Cree que la nueva gestión de gobierno del PRM dé continuidad a este proyecto?
R. Espero que así sea. En entrevista que sostuve con la ministra Doña Carmen Heredia, le expliqué de su importancia y del compromiso que tiene el Estado Dominicano, tanto para el país y la región. La creación de la Cuenta Satélite de Cultura es un mandato de la XLI Cumbre Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de los Países del SICA, que en la “Declaración de San José”, en el acuerdo número 8, suscrita por los mandatarios de la región, se comprometieron a «apoyar el Proyecto Regional de Cuentas Satélite de Cultura del SICA, que permitirá visibilizar la contribución de la cultura a la economía regional como un motor de desarrollo integral y sostenible”.
La República Dominicana y Costa Rica, actualmente participan en las reuniones de enlaces de la Coordinadora Centroamericana de Educación y Cultura (CCEC- SICA), socializando sus experiencias en la metodología y gestión de la CSC, con los demás países miembros de la región. En esta instancia de coordinación técnica, contribuimos como país con los demás miembros de ese organismo regional, que aún no han iniciado la creación de sus respectivas Cuentas Satélites de Cultura. El Ministerio de Cultura deberá designar a un técnico con experiencia para estar presente y seguir brindando apoyo y asistencia técnica en dichas reuniones y dar seguimiento al programa regional que ha sido ratificado por todos los países recientemente, así como de proseguir los trabajos de creación de la CSC de la República Dominicana.
Debemos seguir logrando estadísticas de calidad, y reanudar este programa, para continuar obteniendo resultados, como los alcanzados en la Primera Encuesta Nacional de Consumo Cultural (ENCC-RD 2014), y con otras investigaciones que aún se requieren para conocer la dinámica e impacto de cada sector de la Cultura.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).