SD. El Festival de Tribeca acaba de mostrar un nuevo corte (¿final?) de Francis Ford Coppola de su clásico «Apocalipse Now», 40 años después de su estreno. En 2001, ya había presentado en el Festival de Cannes, cuya Palma de Oro ganó en 1979, un nuevo montaje de la película, ampliada hasta tres horas y media de duración, con el nombre de Apocalypse Now Redux.
La película está basada en el libro el corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, que realmente se desarrolla en Africa a fines del siglo XIX. Coppola trasladó la esencia a la guerra de Viet Nam.
Apocalipse Now ganó dos Óscar, a la mejor fotografía y al mejor sonido, y obtuvo seis nominaciones, al mejor director, a la mejor película, al mejor actor de reparto (Robert Duvall), al mejor guion adaptado, a la mejor dirección artística y al mejor montaje.
La nueva versión será estrenada en el mes de agosto en las salas de cine, así como en Blue Ray. Es lógico que un gran clásico de la cinematografía mundial reciba una actualización tecnológica, un maquillaje por así decirlo, con un escaneo en alta resolución en 4K y una remezcla con lo último en sonido. Eso es lo que está sucediendo con otras cintas realmente trascendentes. Pasó en el pasado Festival de Cannes con Memorias del subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea, por ejemplo. Pero Coppola ha ido más allá. y ha hecho algo que probablemente le permita conectar con las nuevas generaciones, desconocedoras por demás de una realidad que marcó el latido del mundo, como fue la guerra en Indochina.
En realidad Coppola se había endeudado tanto con el filme en 1979 que le preocupaba que resultara una película muy extraña para el público común, así que entonces se vio obligado a realizar grandes cortes para llegar al tiempo original de 2 horas y 33 minutos. Eran los tiempos de filmes tan largos como Gandhi que en su versión original duraba 5 horas y fue vista por quien suscribe en el Festival Internacional de Cine de Moscú en 1982. O Siberiada (1979), de Andrei Mijalkov Konchalovsky, que dura 4 horas y 35 minutos.
Si en el 2001 le agregó 49 minutos, pero al final tampoco le gustó del todo ya que resultó demasiado larga y desigual por momentos. La nueva versión dura solo 3 horas y 2 minutos, y en ella eliminó 20 minutos de la versión Redux presentada en el 2001 en Cannes. Su título: “Apocalypse Now: Final Cut”.
Esta es la primera vez que se escanea el negativo original, ya que todas las transferencias anteriores se habían realizado desde una IP. Durante 11 meses, se gastaron más de 2,700 horas en la limpieza y restauración de los 300,173 fotogramas de la película. La exploración 4K, combinada con el procesamiento HDR de Dolby (Dolby Vision), ha llevado a un nivel de profundidad y detalle en la cinematografía de Vittorio Storaro que no se podía ver antes. Este es particularmente el caso en las escenas nocturnas. En un nivel creativo, Coppola tuvo que marcar el nivel de nuevo detalle, por ejemplo, quería mantener al Coronel Kurtz de Marlon Brando en la silueta lo más posible, según ha narrado a la prensa el archivista de Coppola en American Zoetrope, James Mockoski.
En cuanto al sonido, si para «Redux», lo mejor que el equipo de sonido pudo hacer en 2001 fue trabajar en una copia de tercera generación, para la llamada «Final Cut», Mockoski y el diseñador de sonido original de la película, Walter Murch, pudieron ubicar (había sido arrojado en un contenedor de basura) a uno de los masters de seis pistas originales de la película de 1979. Esto le dio al equipo de «Final Cut» la capacidad de crear un sonido significativamente más claro, pero también significó poder ir al interior del revolucionario trabajo del diseñador de sonido Walter Murch y adaptarlo a las herramientas modernas de postproducción y de las instalaciones de las salas de cine.
El diseño de sonido 5.1 de Murch para el lanzamiento de 1979 no solo fue un avance técnico, sino que, a nivel artístico, permanece en la cima del sonido envolvente. El trabajo de Murch para envolver a la audiencia en la guerra y la forma en que el sonido viajaba dentro del teatro sigue siendo un ejemplo de libro de texto que prácticamente todos los diseñadores de sonido y mezcladores estudian al perfeccionar su oficio. El protegido de Murch, Pete Horner, quien primero trabajó con Murch en «Redux», supervisó los seis, que adaptan la mezcla de sonido envolvente 5.1 a Dolby Atmos y la habilidad de identificar el sonido en cualquier lugar del teatro, incluido el techo.
En 1979, Murch tuvo un obstáculo al tratar de lograr la visión para la película que él y Coppola tenían en mente. En 1979, crearon una asociación entre American Zoetrope y Meyer Sound Laboratories de Coppola, llamada «Sensual Sound», cuyo objetivo era, a través del sonido de baja frecuencia profunda, crear un nuevo tipo de experiencia de visualización visceral. El mismo John Meyer solía instalar subwoofers especiales para las proyecciones de 70 mm de «Apocalypse Now» en 1979.
Con el acceso al master de impresión y la nueva tecnología de sonido, John Meyer trabajó con Horner y Coppola para finalmente alcanzar esas bajas frecuencias que no pudieron en 1979. En «Final Cut», las bajas frecuencias son detectables en la escena de batalla del helicóptero con el teniente coronel Bill Kilgore (Robert Duvall). El sonido tiene un efecto visceral durante las escenas de guerra. Para la presentación del estreno de Tribeca en el Beacon Theatre, Meyers Sound fue incluso un paso más allá, instalando sus propios altavoces especiales de baja frecuencia para dar a «Final Cut» el potente audio que había eludido a Coppola durante décadas.
Hay que recordar que escenas de esta película, sobre todo la de los helicópteros en el rio Mekong fueron realizadas en la zona de la desembocadura Del Río Chavón, en La Romana.
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).