Guillermo del Toro con su reconocimiento en mano (Fuente Externa)

SD. Este año el Festival de Málaga ha llevado la marca del Zorro de Guillermo del Toro, quien visitó la ciudad, dio una conferencia, se hizo selfies, y habló de cine como Dios manda.

«Ya he hecho diez películas. Ahora, tengo que hacer algo distinto. Por eso voy a hacer cosas que me dan miedo, voy a exponerme todo lo que pueda», ha dicho el director mexicano el pasado sábado tras recibir un reconocimiento.

«Tengo muchos planes. Quiero hacer una película gigantesca, una rara y otra más rara aún. Pero lo dije incluso antes de estrenar La forma del agua, voy a tomarme un año sabático», expresó, el director de El laberinto del fauno, quien tiene miedo a cometer los mismos errores que ha cometido con La montaña de la locura, un proyecto en el que ha invertido diez años.

Tras recibir el Óscar (Fuente Externa)

Los errores de producción

Sobre los errores de producción declaró en una clase magistral, que La cumbre escarlata «Al hacerla por más de 40 millones, tenían que hacer mucha más taquilla y la disfrazaron de terror para llamar a la máxima cantidad de público posible, cuando realmente era un romance gótico».

Como esos errores Del Toro, quien es considerado para muchos como un clásico del cine más actual, ha aprendido a no cometerlos nuevamente. Por eso, reflexionó «el presupuesto es un estado de ánimo, por eso hay que adaptarse a lo que te ofrecen para que puedan vender las cosas como son. Si compras una tostadora, pero dentro hay un bolso de Gucci vas a pensar “que tostadora más mala”. Esta vez les di hasta el cambio. Me sobraron unos 160.000 euros», expresó triunfal.

Declaró que para el «el monstruo es el héroe. Me gusta verlo desde un punto de vista esperanzado».

Guillermo Del Toro quien fue miembro del jurado de la Sección Oficial del festival de Cannes el año 2016, electrizó a la audiencia en el Palacio de Congresos con la siguiente reflexión: “Uno vive para los últimos tres minutos de su vida. No sé si habéis visto al alguien fallecer, pero la gente muere con absoluto terror o absoluta paz. Porque entonces ven su vida con absoluta desnudez y con la claridad completa de que se están yendo. Por eso piensa en tus decisiones, porque eso es lo que verás en ese momento. Porque todo lo que hagas volverá, y será en esos tres minutos. Yo a veces hago algo y pienso: ‘Para esos tres minutos´”.

Del Toro en la conferencia magistral (Fuente Externa)

Lo que debe saber un director que se respete

Entregado ya, en tono de genio, Del Toro reconoció que «Un director debería de saber algo de todas las áreas que componen una película y mucho de algunas. Cuanto más de muchas, mejor. Por eso nunca nunca te aburres: estás siempre absorbiendo información. El director recoge cosas inútiles para contar historias. Usamos mentiras para hacer una realidad».

Más adelante fascinó con otra perla: «Somos una sociedad obsesionada por el triunfo, y eso es un error porque todo es temporal. Yo he escrito 11 guiones que no he filmado. Pero a todos los cineastas les pasa. De un fracaso aprendes un montón, de un éxito aprendes bien poquito. Tienes que hacer las paces con el fracaso. Lo único que tienes que ofrecerle al mundo son tus defectos y tus virtudes, y son importantes ambos».

Y en tono más conceptual definió que el cine negro «es la fabulación de la sociedad americana. La europea crea la novela detectivesca, que es otra cosa. El horror y el cine negro, los dos grandes géneros cinematográficos de los años cuarenta en EE UU, recodifican el expresionismo alemán. Ambos hablan del terror social, por eso son tan americanos».

A quien definitivamente hay que reconocer como una de las mentes más lúcidas del cine hoy día, define la narrativa cinematográfica como «toma de decisiones audiovisuales». Para a continuación explicar que: «No es solo algo que verbalizan los expertos, todos la vivimos en nuestro día a día porque estamos rodeados de imágenes. Otra cosa es que sepamos verbalizarlo. Con la cámara y con el sonido adjetivas el momento».

Puso el ejemplo de David Lynch, «quien usa las frecuencias bajas, que recuerdan a un volcán a nuestro cerebro reptiliano, para darnos miedo. Operamos como cineastas con dos instintos: el domesticado, que tiende a que rodemos con lo aprendido durante cien años de cine, y el otro, que dice que no tiene que ser así, Y ese es el que te va a revelar. Como dice un dicho zen, en el obstáculo está el camino. Un defecto es una virtud mal mirada. A mí me atrae mucho el componente de caer en el ridículo», reconoció.

El Óscar al mejor director por la película Las formas del agua ha dicho que se tomará un año sabático. Mientras tanto hace un documental y tiene varios proyectos entre mano. Habrá que ver qué es año sabático para Guillermo del Toro.

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