La Ley de Mecenazgo es uno de las más importantes logros, sino el más, de la cultura dominicana en su historia. ¿Una exageración? Veamos.
La Ley de Cine solamente cubre a la industria cinematográfica debido a sus especificidades. Pero la Ley de Mecenazgo Cultural cubre las demás manifestaciones artísticas, además de la literatura. A saber, las artes visuales, el teatro no comercial (o sea de autor), la danza, la música sinfónica o de autor, y -¿por qué no?- pudiera incluir la creación de determinados programas radiales, televisivos o streaming que traten con altura estética ciertos temas de interés cultural. E incluso determinados proyectos folclóricos de interés público.
Para conocer la Ley de Mecenazgo hay que preguntarse que es un mecenas, qué cosa es mecenazgo a la luz de hoy.
Un mecenas es la persona de poder económico que desde hace siglos apoya, brinda su protección económica o material, a artistas, literatos y científicos para que estos puedan realizar su obra.
Desde los antiguos gobernantes de Mesopotamia hasta los Rockefeller, pasando por cuanto papa, rey, duque o marqués, u hombres de negocio y empresario, etc. los mecenas de las artes han sido un elemento clave en el desarrollo de la historia del arte. El patrocinio es el apoyo, el estímulo, el privilegio o la ayuda financiera que un individuo u organización le brinda a otro. En el ámbito del arte, el patrocinio es a menudo el apoyo financiero de los artistas, pero en los últimos años se ha convertido en mucho más que dinero.
El mecenazgo existe desde hace más de 4.000 años y durante ese tiempo los mecenas han apoyado a los artistas por muchas razones, ya sea por prestigio, política o simple placer. A medida que evolucionaron las civilizaciones y las sociedades, también se crearon modelos de patrocinio.
Sin mecenas existen las pirámides de Egipto, pero sin mecenas nunca hubiese existido el Renacimiento ni el artista humanista que se desarrolló durante esta etapa fundamental en la evolución del arte universal.
Sin el mecenazgo del Papa Julio II durante el Renacimiento no se hubiera dado el cambio de centro de las artes de Florencia hacia Roma; sin los reyes españoles no se hubiese descubierto el Nuevo Mundo, con todas las cosas malas y buenas que presupuso este hecho.
El mecenazgo en República Dominicana
En República Dominicana existe el mecenazgo desde hace mucho tiempo, tanto por parte de individuos, familias o empresas privadas y estatales. Por ejemplo la Orquesta Sinfónica Nacional ha sobrevivido gracias a la Fundación Sinfonía y a la persona de doña Margarita Copello de Rodríguez y al Patronato del Teatro Nacional Eduardo Brito, por ejemplo. También lo son la fundación de la Aduana, el Centro León De Santiago de los Caballeros, gracias a la Fundación León Jimenes, la Fundación Bellapart respaldado al Museo de Bellapart y la Fundación Bonao para la Cultura, respaldando al Museo Cándido Bidó de esa ciudad o el Centro Perelló en Baní, construido por la familia Perelló. Están la Fundación Arawak respaldando el Museo del Dibujo Contemporáneo, Fundación PhotoImagen para el Centro de la Imagen especializado en la fotografía; la Fundación Refidomsa, que acaba de aportar un invaluable colección de colecciones de grabaciones musicales de distintos géneros, con una generosa y modélica impresión (así como versión digital) de partituras y particellas de importantes obras sinfónicas del repertorio dominicano. Igualmente la Fundación Centro Mirador de Santo Domingo para el Centro Mirador y el pionero que fue Altos de Chavón, seguido por Casa de Teatro y su fundación homónima. Eso por solo poner algunos ejemplos.
La República Dominicana, debido a los cada vez más bajos presupuestos que son aprobados inevitablemente para el sector cultural, necesitaba una Ley de Mecenazgo, cuya primera propuesta de proyecto dentro del Congreso fue realizada por el entonces presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, el cantautor Manuel Jiménez en 2014. Pero perimió y no fue promulgada, por lo que en 2018 la retomó el hasta este viernes diputado Franklin Medina, le hizo cambios, la reintrodujo y finalmente fue promulgada. Pero esos pasos serán descritos en la parte III de este trabajo.
Para que la Ley entre en acción solo falta la aprobación del Reglamento y la oficializaciòn de la Comisión de Mecenazgo que aprobará finalmente y se supone que fiscalizará cada proyecto, así como la creación de la Dirección de Mecenazgo.
En estos tiempos en que la sostenibilidad, la transparencia, el impacto social y la responsabilidad social son de importancia primordial, la Ley de Mecenazgo es una herramienta de democratización y una garantía de la realización cultural a partir sobre todo de la calidad y la fiscalización tanto de su ejecución como de la calidad de su resultado.
Los fondos públicos están cada vez más bajo el escrutinio público y son necesarios para recuperarse de esta pandemia de salud y económica que ha desbancado al mundo. Es cuando la filantropía privada, por ejemplo -aunque no la única- constituye una parte decisiva de la financiación benéfica.
Para que se tenga una idea, en el 2018 en Estados Unidos las donaciones filantrópicas ascendieron a 428 mil millones de dólares; de estos unos $292 mil millones fueron donados por individuos, un 21% más que diez años atrás. En el Reino Unido, según The Arts Council, el 91% de las organizaciones de arte y cultura reciben alguna forma de inversión privada en el año financiero 2017/18, y las donaciones individuales representan el 43% de la inversión privada en arte y cultura.
Si Europa y EU experimentan cada vez mayores recortes de financiación pública, ¿qué puede quedar para regiones menos favorecidas? En esos otros mercados de arte regionales de todo el mundo, la ausencia de financiación pública hace que estos ecosistemas artísticos y culturales dependan casi por completo de la filantropía privada, ya sea a través de donaciones y apoyo corporativos o privados, que es lo que viene sucediendo en República Dominicana, pero de manera espontánea y a veces caótica.
Casi siempre el patrocinio del arte se asocia con donaciones monetarias, y es fácil pasar por alto la cantidad de voluntariado individual que apoya al mundo del arte. Muchos mecenas de hoy día, sobre todo jóvenes (como ocurre en el Festival de Cine Global Dominicano) ofrecen regularmente su tiempo, experiencia y asesoramiento a iniciativas sin fines de lucro y a los propios artistas.
En los nuevos mercados del arte de Asia, África, Medio Oriente y América Latina emergen nuevos ecosistemas en torno al mecenazgo del arte -como por ejemplo el Fondo Árabe para el Arte y la Cultura (AFAC) y el Fondo de Cultura Africana (AFC)-, donde cada región adapta diferentes modelos desde asociaciones público-privadas, fundaciones privadas hasta mecenazgo empresarial e iniciativas lideradas por artistas de prestigio que apoyan el desarrollo de nuevas generaciones de artistas, como es la Fundación Guest Artists Space (GAS) creada por Yinka Shonibare, un programa de residencia de artistas en Lagos, Nigeria. En Latinoamérica destaca el rol de determinados museos de arte privados, como por ejemplo el Museo Bellapart, creado por ese destacado coleccionista y filántropo que fue Juan José Bellapart, o el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana. (Continuará…)
Alfonso Quiñones (Cuba, 1959). Periodista, poeta, culturólogo, productor de cine y del programa de TV Confabulaciones. Productor y co-guionista del filme Dossier de ausencias (2020), productor, co-guionista y co-director de El Rey del Merengue (en producción, 2020).